Se proponen cuatro consideraciones claves para pensar la Educación Emocional para Cultura de Paz: el conocimiento de los elementos que conforman la personalidad, la autogestión, la gestión personal para una cultura de paz, y finalmente, de la paz individual a la paz colectiva. El desarrollo de los contenidos teóricos deben ser vivenciados, transversales, que promuevan valores y actitudes sobre el cuidado de sí y el respeto por la diversidad, que sea evaluable y que se realice colaborativamente con toda la comunidad involucrada.